Resignificar

Iniciar cada día ofrece la posibilidad de resignificarse

IMG_20180929_152510563 (2) — Escribo desde una de las paradas que suelo hacer en Lima-Perú. Miro a los lados y afirmo: es posible resignificarse cada día.

La significación es un proceso que le confiere notas de contenido emocional a los objetos y situaciones. Es un proceso natural y espontáneo que se da desde la educación tanto informal (hogar, calle, etc.) como formal (escuela, instituciones varias, etc.). Como se suele decir por el barrio:

la significación es “la bajada de línea” sobre el todo que nos rodea.

Y por ahí va la cosa; no me he conformado con muchos de los significantes por algo muy simple: no me hacían bien. Entonces, como en algunas de las historias de los Hermanos Grimm, ¡a andar se ha dicho!

En el proceso me deparo con el flujo del devenir y la ciclicidad… Me sale una carcajada recordando un diálogo entre 2 mujeres por las calles de Buenos Aires, una le decía a otra: ¡dale ché, mirá que vos ya no te cocinas al primer hervor …! Así es, resignificar es necesario en el proceso de vivir.

Recorro y ando. Me hace bien. Resulta gratificante cotejar las distintas formas que existen de SIGNIFICAR la vida. Entre ellas voy dilucidando las mías, las propias, las que poseen un significado que mi cuerpo y corazón reconocen y en las que la lógica mental se apoya para ordenar y realizar.