Llega diciembre y surge la necesidad de ponderar, de capitular un lapso de tiempo vivido y recorrido. Es mi balance anual emocional, sensitivo y consciente de contrastar la realidad elegida. Si, la elección del dónde, con quién, por qué y para qué son preguntas que tienen sus propios tiempos de respuestas. En este balance entran aromas, imágenes que me detuvieron en plenos instantes de eternidad, se acopia el calorcito de los abrazos nuevos y no tanto, el susurro de la distancia y la algarabía del encuentro; se suceden los momentos de agobio, incertidumbre, desasosiego y nerviosismo … el péndulo de…