De mañana

Mis mañanas son diferentes desde hace un tiempo. No sólo se trata por estar inmersa en el aluvión de cambios que he atravesado durante un período de casi 2 años (países diferentes, culturas disimiles, estaciones climáticas en espejo, dos continentes en 1 día…); es más que eso, interno, profundo y silencioso … me suele despertar por las noches.

Mis mañanas poseen una rutina casi mundial: abrir los ojos, lo que no significa estar atenta en la mirada; ir al baño y realizar un desayuno; y esas sensaciones…. Sensaciones que afloran mientras el vapor del café me roza el rostro aún marcado por la almohada y huelo ese sabor que va enloqueciendo lentamente de placer mi adormilado cuerpo …

sensaciones que están en una otra capa de mi realidad interna …
… las percibo tan adentro… son sutiles e intensas

Mis mañanas están distintas. Yo estoy diferente. Una vez mas me tiñe el pasaje del tiempo que habla desde el interior de mis células, añejas de buen tiempo, discursan entre ellas el legado que de a poco me atrevo a esbozar.

Hoy mis mañanas están iluminadas por el sol del mediterráneo, y aquí, siento y veo y miro el fondo de mis cavernas; me atrevo a caminar por ellas observando los paisajes emocionales tan viscerales y auténticos, limpios de creencias …

Sin dogmas me reconozco en rutinas que adopto desde una nueva perspectiva, exploro el caudal de emociones que valoran la mujer que soy, disfruto en el amor que la vida me ofrece; vivo el tránsito de la hoguera interna que emerge a la realidad diaria de la mañana que me despierta con sus orillas de mar.