en Blanco y Negro

Hay días que no tengo ganas del color, es como si de repente mirase el alrededor con cierto hastío como quien se maquilla todos los días y para toda ocasión de la misma manera. No, no es aburrimiento. Es darle espacio a la sensación silenciosa que va llegando día a día y se instala como una presencia insistente, callada.

En Muelle Uno, Centro Pompidou, Puerto de Málaga- España.

Playa Carvajal – Fuengirola – Andalucía, España.

Es entonces, en ese día, que me revoluciono: abro nuevos espacios, ando otros caminos, limpio mi hogar. Ahí empieza la paleta de colores a mostrar las pelusas que estaban escondidas atrás del ropero, las bananas que se habían caído (quien sabe cuando) atrás de la heladera, el «palo de lluvia» que busqué tanto tiempo … donde no estaba… camino y las luces de un espacio en la ciudad o frente al mar son escenarios que contienen mi Thai (#) ; encuentro lo que preciso y descarto lo que no, detecto espacios amplios y nuevos y otros que sólo miraré esa vez; me encuentro en mi, con otra mirada que tal vez adopte y, comience a amar …

Calles de Benalmádena, Andalucía- España

El blanco y el negro son la gran pausa en gris que me abraza, que me contiene como las riberas a los ríos, como los bordes al abismo… Me seducen los abismos y los cauces, y los ciclos que vislumbro en danzas circulares con olor a ramas y hojas húmedas de rocío y sol de amanecer… es el aroma vivificante, ese que respiro junto al mar y en la montaña, y el que trae el perfume del café y las tostadas que me llevan nuevamente a casa.