El día invita a construirlo y recuerdo: los ciclos se manifiestan en todo y en todos.
Estamos en el ciclo de luna creciente…. Escribo mientras percibo el aluvión de información que mi cuerpo me entrega y en esa manifestación corporal-orgánica-psíquica voy deslindando los haceres de mi día. Sí, aceptar la ciclicidad mayor y natural de la que somos parte como seres, marcó un profundo cambio de óptica que fui poco a poco incorporando a mi vida.
Somos cíclicas; hay una cierta poesía y un profundo poema que se debate en nuestro fuero íntimo. Las emociones más rutilantes conviven en mágico estado de naturaleza pura, a veces, latente. Capas y capas de creencias y silencios impuestos y negaciones han sumergido esta belleza pura, salvaje, natural e intensa al subsuelo de los pasillos internos de nuestro sentir …
Somos cíclicas… soy cíclica… soy mujer
Mi decir respeta la lógica del mensaje para recorrer el camino de la necesaria voz que late en lo natural, en el devenir, en el proceso, en el compromiso. Somos cíclicas, somos mujeres.
Escribo y percibo… el amanecer acaricia mi garganta … dulcifica mi decir.
El amanecer es el espacio sagrado de la nueva luz que se despereza de su noche y así como la luz emerge lentamente , así también vamos amaneciendo en cuerpo, en sensaciones, en necesarios espacios de lenta e intensa fluidez.
Amanecer … buen amanecer en luces que acaricien el ciclo que se manifiesta en nuestro día y en nuestra vida.
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