Me despeina el ruido de ausencias. Late en mis sienes el galope salvaje que amarra mis pies a una silla y veo la primavera tornándose verano a través de una ventana con aroma de Jacarandá.
Nuevas voces dibujan sonrisas, un aroma de prado y mar nuevos inunda este pedacito de lugar en el mundo. Camino … Camino de una ciudad de mar, aquí en esta Andalucía que narra su canción: llena de torres legendarias, castillos, olas de mar, gaviotas, golondrinas y olivos; repleta de tomates y «cafelitos», con tortillas humeantes de papas y el aire gracioso de abanicos rojos preparando su verano. Camino y ando en mi adentro. A veces se rebela la india indómita, aquella que me hierve en la sangre, otras me abre su cabeza blanca la anciana amazónica que me habita en el latigazo de una mirada; muchas, se balancea la moza sin rubor que se estremece en mi cadera naranja … algunas, emerge lacia y suave ella, la que es serena como un mar celeste-rosado… y hay una, esa que de a poco se va apoderando de todas: la síntesis.

Cantar las voces y recitar los aromas, estremecer las penumbras y conjurar las cavernas, dilucidar en el aire y escoltar las señales son pasos. Pasos que deslizan como en el tango , una quebrada de medias can-can con raya es la voltereta inusitada con redoble de tambor que humea su hoguera gitana. Pasos, caminos y ese andar por dentro que recorre una calle, otra y otra con esta brisa que trae nuevas presencias.
Taller Pasos de sol por Caminos de Luna- Carolina Chavez
Una gran puerta se abre. La añeja cerradura huele a baúl lejano mezclado con óxido color cobre. Caen las llaves levantando un efímero vaho de polvo blanco como talco. Este lugar espera … lo siento … una espera añeja, latente y de color verde manzana. Este espacio está habitado por las formas del tiempo que nadan en el aire … libres y amarradas al amor; amor al huerto que también espera sonriente de naranjas y limones, pujante de brevas de higos y salvaje de pastos recios …
Este lugar me atrae, me llama con su voz de soslayos y su luz. Lo sabia sin saberlo, ¿comprendes?, siempre existe un lugar en el mundo: nuestro hogar.