Cielo oscuro y pleno desprendiendo aroma de tierra mojada, silencio…, orillas. Y el día se enciende de luces para desprender detalles que irrumpen como una estampida de truenos y relámpagos aquí, rozándome piel adentro sin pedir permiso ni condiciones.

Suelo caminar todos los días en un paso a paso consciente y consentido, necesario y respirado. Me conecta con la vida que se sucede en instantes rozando los míos, produciendo alquimias y síntesis, oropeles y crepúsculos, liberad y resistencia, encantamiento y regazo.

Grito …Grito …Mi grito es carne desgarrada que callada sangró su tiempo de años en silencio. Es alarido de espuma sangrante en una boca de labios niños…Es el doloroso aullido de loba acorralada herida y sin fuerza. Es el desahogo final de caminata polvorienta …Es el legado y mi obra …Es el ahora, el siempre y la honra…Mi grito es hermano de amigas en abrazo. Es consuelo de una noche con lámparas encendidas. Es perlas de un collar desparramado

Y es compuerta abierta… torrente … turbulencia …

Mi garganta se abre Danza vishuda con aroma de poesía añeja

Y vuelo… finalmente vuelo en danza de palabras, con libertad de cuerpos y ondas que veo a mi frente y grito…

SI, GRITO ¡!!Grito la posibilidad de iniciar este camino sin heridas en mi cuerpo…

Grito la emoción de la danza que exhala SER.. exhala Alma. Y caricias nacen en mi boca, en mis brazos, en mi pecho … en mis manos… Y susurro… susurro… descanso y danzo…

La danza se torna un espiral que rueda y entro en él, no hay atajos para el inevitable encuentro:

• una máquina de escribir trina su compás rítmico … escribo, escribo, escribo

• Ella está recostada leyendo las hojas blancas estampadas de letras que narran pedazos de historias que pasaron por mi carne, mi corazón y mi alma … ella mira con la humedad de sus ojos entrando también en ella para re encontrase, para, talvez, abrazarse …

• El 11.11 es la gran metáfora que late en el remolino, es la sincronicidad que late en las sienes cuando cada palabra sale tropezando un mensaje

Y es ese el grito que danza en mis dedos, el que murmura instantes de presencia, el que narra una epopeya que camina en mis pasos: por arenas, por baldosas, por senderos de tierra, por asfalto de avenidas, por páramos que huelen a lluvia, por tantos lugares donde han vivido las historias que salen de mis manos…

Carolina Chavez para Urbana y Natural