Lo simple es la única respuesta: certera, rápida y directa. El viaje inició con el llamado de quienes, sólo ellos, podrían moverme de mi lugar para ir allí donde era conveniente y necesario. Un viaje no esperado y con pócimas de eternidad. Así, sabiendo que en 11 días se decantaba un tiempo sin vueltas inicié el viaje al Perú. Ese Perú mágico: padre y madre de muchas vertientes, de recodos, de nacimientos y despedidas. 11 días que aún estoy procesando y soltando … dejándolos ir con pedazos de mi que arañan y roncan, flotan y me exprimen; comprendo que hay…