Si lo sé, me fui … Me fui. Lo hice para sobrevivir a la selva de cemento que me lamia las entrañas y secaba el corazón; el neón maquillado, sus semáforos incansables, los bocinazos de los autos, los ojos sin miradas me estaban descuartizando viva. Me iba o moría. El nuevo capítulo me necesitaba sola. De mas está decir que las noches se tornaron amigas de mis desvelos; ellas me observaron en el camino de los “si” y los “no” … no hubo grises ni matices. Eras demasiado urbano. Yo, demasiado natural. Ambos orgánicos. Sin miradas, ni abrazo. Sin un…